domingo, 7 de septiembre de 2008

Que se llama soledad...

Ella, no iba a permitir que yo la abandonara por mucho tiempo, iba a pasearse por mi ventana el rato que fuera necesario hasta que yo me rindiera a volver a aceptarla, ella sabía que yo bia a caer...
No aceptaba un no como respuesta, siempre tenía mas fuerza que yo y sabía como hacerme caer, a ella una vez más.
Es tan dulce como cruel, sabe hacerme hacerla amar, sabe como puedo caer una y otra vez a ella cuando la nada me aqueja, cuando todos hacen una tranza para que yo vuelva a caer.
Ella, simplemente es la que nunca me desola, por más que yo la traicione una y otra vez, pensando que la felicidad será generosa conmigo, ella no se ofende y siempre vuelve, como amiga fiel... solo eso me hace pensar, que la felicidad es una puta reventada que pasa cuando tiene ganas y me adopa solo para devolverme echa pelota a la soledad, que siempre me cubrirá con su manto de tonos grises para solamente llenarme de noches con ojos inundados de tanto llorar, de marcas por toda mi piel que parecen tener vida propia, y palabras que ni yo recuerdo al despetarme con los sojos hinchados en la mañana siguiente.
La soledad, justamente ella nunca me deja sola, se pasea por mi ventana cada mañana haber si yo decaigo y accedo a abrirle la puerta de mi vida y mi autoestima otra vez.
No importa que me inunde con gente, que mi casa esté llena de almas por doquier, que ocupe mis momentos con risas expontáneas pero que no dejan de ser sinceras, ella... la soledad siempre se cubre con un manto invisible en mi vida, siempre espera ansiosa el momento de verme caer rendida a sus pies.
Yo soy dominada por ella, yo no puedo dejarla, ella no me va a dejar... va a seguir siendo mi tortura, una y otra y otra vez más...

No hay comentarios:

Publicar un comentario