martes, 20 de mayo de 2008


Ella caminaba en su mundo de iluciones tras el encuentro de un hombre con un par de experiencias acumuladas, con un posible cigarrillo en la mano y una especialidad desconocida de hacer reir a las personas. Ella tenía una rosa en su cabello, del lado izquierdo de su oreja y caminaba a paso medianamente rápido, pero lento para lo rápido que palpitaba su corazón. El tenía la medicina a todos los problemas, o simplemente la magia de curar males que pudiesen existir, porlomenos para ella...
No había unión, tampoco desunión... No habían títulos ni barrera, no había anillos comprometedores pero los cubría una historia en común, una cama distendida y miles de fantasías contadas al azar.
No había que recordar, parecía que todavía vivíamos en tiempos de represión donde había que guardarse hasta los pensamientos y hablar estaba totalmente prohibido... Pero entre los dos hicieron de su mundo, un mundo mágico, lleno de sueños y esperanzas... Aunque hay que recordar fervilmente que las esperanzas, al poco tiempo se fueron a donde comenzaron, a la nada...
No manchemos el seguimiento de esta dulce historia y comencemos a relatar con posibles palabras rebuscadas algo que decir... Algo que pueda caracterizar tan buen encuentro... Intentar no quitarle magia... Intentar contar hasta las cosas que no se deberían decir escondidas en una dulce poesía.
Ella vestía ropas sin color...pura como si misma, angelical como el solía describirla. El vestía varonilmente como siempre solía hacerlo, siempre con espectativas de atraer físicamente a ella... Los dos se conocían lo suficiente para saber que era gusto del otro... Y así nació este encuentro... Sin guiones represores, sin barreras y sin terceros destructores de ilusión.
Reprimieron sus deseos repartiendo besos en las mejillas respectivas y se limitaron a caminar lentamente, sin apuro, y sin manos sugetadas por las calles solitarias, pero llenas de gente hasta encontrar un refugio para si mismos... Para que nazca la conversión sin mucho que decir y para alimentar historias que en el futuro serian contadas con una sonrisa memorizante en ambos rostros.
Así fue... No había ataduras, pero había un gran deseo mutuo... No había besos, no había caricias pero existe y existira por siempre el deseo sin comparación de dos almas que se desean, que se atraen, que se extrañan... de maneras insospechadas...
Me voy a limitar a decirles "ella y el", para no debelar nombres, para no debelar tal vez mi propia identidad y mi propia ilusión...
Esto no es un fragmento novelístico, es solo un cacho de mi imaginacion y lo que deseo con fuerzas sobrehumanas...
Ella no suele vestirse de esa forma, ni siquiera sabe los sentimientos de este susodicho, pero conoce muy bien sus sensaciones interminables a la hora de adorarlo, sabe muy bien que el es la única persona capaz de sanar eridas, de atrapar sueños, de ser la satisfacción echa carne: la única persona importate en este mundo inmenso y lleno de gente.
No es por minimizar los demás afectos, pero si el faltara... La vida no sería igual, le faltaría una pata a la mesa... El corazón no tendría la misma función y cualquier cosa sería mejor que estar feliz sin su escénica...

No hay comentarios:

Publicar un comentario